HIPÉRICO Y KARITÉ

Sabó: Hipérico y Karité 

Si ves por el camino una florecita amarilla, que crece al borde del camino de forma silvestre y en ambientes bañados por el sol y más bien secos, lo más probable es que estés frente a la Hierba de San Juan, la cual se puede encontrar en multitud de países. El comienzo de su floración coincide con el final de la estación primaveral, de ahí nace uno de sus nombres más populares, ya que guarda relación con la famosa Noche de San Juan. La parte que se utiliza es la flor, de la cual se consigue, entre otras cosas, un extracto medicinal poderoso.  

El aceite de hipérico es muy apreciado en el cuidado de pieles con impurezas, secas o escamadas. Es antiséptico y cicatrizante, por lo que es útil para pieles con acné, ya que reduce la grasa y ayuda a cicatrizar espinillas, además es un jabón que alivia picores e irritaciones. 
Actualmente esta planta se utiliza por su efecto estimulante nervioso, pero no fue hasta el siglo XVIII, que se descubrió este efecto, que ocupa hoy día el primer plano de sus aplicaciones. Sin embargo ya los médicos clásicos de Grecia y Roma utilizaban esta hierba para cicatrizar heridas. 

Es un regenerante de los tejidos. Así pues el un aceite que no puede faltar en el botiquín natural casero, se usa mucho en caso de quemaduras, cortes, heridas, e incluso en la curación de Herpes.
Además en la composición Manteca de Karité, para dar elasticidad y nutrir tu piel.  

 Hay un refrán catalán que dice: 
“Qui té oli de pericó, no li cal metge, ni doctor” 

Antiguamente la llamaban Hierba Militar, haciendo alusión a su poder curativo de heridas y llagas.